De este modo, la periodista ha confesado que sufre Miastenia gravis, una enfermedad que le fue diagnosticada hace mucho más de dos décadas y con la que ha debido aprender a vivir. Marisa le explicó a Emma García en Viva la vida cómo, tras ver los asaltos de muchos usuarios de las redes, ciertos otros, conocedores de la enfermedad, habían contactado en privado con ella para poner en su conocimiento que podría sufrirla. A contar que trata de hacer una vida lo mucho más normal que puede y de qué manera el deporte ha desempeñado un papel fundamental para mitigar la sintomatología. En la tarde de este lunes, 8 de marzo, Antonio Montero , su exmarido, se pronunciaba sobre el tema en el plató de Sálvame.
Tras esto, la asimismo colaboradora de ‘El software de Ana Rosa’ indica que se trata de una patología neuromuscular autinmune y crónica que se identifica por grados cambiantes de debilidad de los músculos voluntarios del cuerpo. «Comienza con un cuadro insidioso de pérdida de fuerzas, que se recuperan con el reposo pero que resurge al reiniciar el ejercicio. Acostumbra iniciarse en los músculos perioculares«, describe. Entre los síntomas que detalla, se encuentran el cansancio agudo, la falta de fuerza muscular, la caída de uno o ambos párpados, tal como la visión nublada o doble, marcha desequilibrado, dificultad para subir escaleras, dificultad para deglutir alimentos, trastornos en el habla, etc. Debido a su trabajo en televisión, Marisa Martín Blázquez ha tenido que aguantar comentarios malintencionados sobre su rostro. “Que si me se encontraba destruyendo la cara con el botox, que si me dió un ictus…”, se lamenta ante ¡HOLA!.
«La Miastenia Gravis, enfermedad que me diagnosticaron en el momento en que tenía 23 años y con la que convivo llevándonos ambas relativamente bien. En ocasiones, viene a atacarme, y me provoca enormes crisis que venzo con paciencia y haciéndole poco caso. Es cuando mucho más se refleja en mi rostro y en el momento en que mucho más, ‘las buenas personas’ me atacan por el tema físico», continúa.
Merced a todo eso, no estoy en una cama o en una silla de ruedas. “Me hace enormes crisis que venzo con paciencia y haciéndole poco caso. Es cuando mucho más se refleja en mi rostro y cuando más \’las buenas personas\’ me atacan por el tema físico”, escribió. —Un individuo reconoció en mi rostro cierta sintomatología. Con bastante pudor, me dijo que veía que yo tenía una ptosis palpebral –párpado caído– y una relajación de músculos de un lado de mi cara, que en mi caso se manifiesta en todo el lado izquierdo de mi cuerpo. Me aconsejó que fuera al neurólogo para descartar una patología neuromuscular. Entonces, fue cuando le dije que estaba diagnosticada desde los veintiún años.
Marisa Martín
Por ello, la periodista terminó revelando que padece miastenia gravis, una “patología neuromuscular autoimune y crónica”, ya hace más de treinta años. Por suerte, gracias a su diagnóstico precoz, Marisa ha logrado llevar una vida normal. Por este motivo, se ha animado a contar su caso, para contribuir a la divulgación de su enfermedad, y compartir un mensaje optimista.
El paparachi ha explicado cuándo diagnosticaron la patología a su mujer y cómo perjudica a su historia diaria. Además, la mujer de Antonio Montero, insistió que ciertos músculos –como los que administran el movimiento de los ojos y los párpados, la expresión facial, la masticación, el habla y la deglución –, se ven afectados por este trastorno. La debilidad muscular se incrementa cuando se realizan periodos de actividad, pero disminuye durante el reposo. De una forma mal explicada, lo que nos ocurre a los miasténicos es que se nos pierde información que nuestros nervios mandan a los músculos, para que la musculatura esté activa. Conforme pasa el día, vas perdiendo esa fuerza.
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Afecta a la deglución y hay gente que no puede ni tragar. Asimismo a la respiración y al corazón, que asimismo es un músculo. Mencionó el caso de una muchacha que la padece y que le escribió para preguntarle cómo era capaz de hacer ejercicio, puesto que ella se encontraba en la cama sin poder desplazarse. Ella le respondió que había recibido su diagnóstico “bastante pronto” y por este motivo tomó medidas, siguiendo todas las sugerencias de su neurólogo. Se palpó un bulto en la pierna al que no le dio relevancia. Pese a las diferentes crisis sentimentales que les ha tocado atravesar a lo largo de los últimos años; Marisa Martín Blázquez y Antonio Montero consiguieron exceder cualquier obstáculo.
Montero revelaba que, en el momento en que a la madre de sus hijos le diagnosticaron la miastenia, ya estaban juntos. Ellos comenzaron a los 19 años y Antonio fue testigo de todo el desarrollo y de las visitas médicas que han comenzado tras darse cuenta su doctora de cabecera de que tenía un párpado mucho más caído que el otro. “Le duele el ojo y es una cosa del sistema inquieto, que no puedes supervisar. Es un dolor punzante y, cuanto más inquieto te pongas, es peor. Así que lo ideal es estar relajado, llevar a cabo una vida habitual, dormir bien… Que Marisa duerme bastante mal, a propósito”, terminaba Montero. —Me escribió mucha gente joven y madres a las que les han hablado aun de no poder tener hijos.
Por el hecho de que él sabe como pocos las secuelas que la miastenia tuvo en el día a día de Marisa. —El mensaje que debemos transmitir en este momento es que hay que escuchar al cuerpo y que se puede realizar vida normal, pese a sufrir la patología. Ahora, ella misma ha amado concretar en \’Semana\’ el porqué decidió sacar a la luz su enfermedad por medio de esta publicación de Instagram dos décadas una vez que el médico se la diagnosticara por casualidad un día que acudió a él por un simple catarro.
En esas oportunidades, se me cae el párpado, el lado izquierdo de la boca, no puedo hablar bien, ni tragar… Entonces, cuando salía en televisión, había muchas personas malintencionada que me afirmaba que dejase de pincharme botox, que me estaba destrozando la cara. Otros que si me ha dado un ictus… Por eso, decidí argumentar lo que era la miastenia gravis. De sus hijos en común, Nicolás y Marieta, jamás han hecho mención. No solo en los medios de comunicación, tampoco se han prodigado en exceso los mensajes en sus comunidades. No obstante, hace unos días Martín-Blázquez, madre orgullosa, no ha podido evitar dedicarle unas líneas a su hijo Nicolás, al tiempo que lo citaba a fin de que sus seguidores tengan la posibilidad de conocer su perfil, abierto al planeta.
Su fallecimiento lo catalogaron como una especie de trombosis, pero tenía el lado izquierdo afectado y no se podía desplazar. Pese a mostrarse muy hermética a la hora de hablar sobre su vida privada, Marisa Martín Blázquez ha querido compartir con sus seguidores una importante historia de valentía y superación. En concreto, la colaboradora de ‘Viva la vida’ ha tomado la resolución de contar entre los testimonios más íntimos de su vida una vez que bastante gente le pregunten «acerca de algo que se ve en mi cara».
“Lo llevó siempre y en todo momento divinamente, se lo diagnosticaron por el hecho de que le vieron un párpado un poco más caído.Toma medicación siempre y si cualquier día no la toma puede tener una crisis grave, a veces se nota mucho más si está fatigada, estresada, si ha tenido alguna movida, si yo le doy guerra que le doy bastante…”, agregaba Antonio. “A ella muchas veces le dicen en cada foto que sube si se ha operado, dientes postizos. No se hizo jamás nada, a mí me hace gracia, no se debe ofrecerle relevancia”, explicaba el paparazzisobre la proporción de comentarios a los que hace frente toda vez que comparte una imagen en las comunidades. —Pues te clavan agujas en los ojos para ver el nivel de actividad muscular.
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La miastenia gravis “es una enfermedad neuromuscular autoinmune y crónica, caracterizada por grados variables de debilidad de los músculos esqueléticos del cuerpo”, ha contado Marisa. La cooperadora ha mencionado los distintos signos y síntomas de su dolencia y ha explicado que se identifica por ser “una debilidad muscular que incrementa a lo largo de los periodos de actividad y reduce tras periodos de descanso”. Con veintiún años, fui a un médico de cabecera por un catarro. La doctora, que tenía un ojo clínico despiadado, me vio una alguna ptosis palpebral y me preguntó si lo tenía de siempre.
—Porque la miastenia gravis es una patología degenerante. Marisa siempre ha sido víctima de degradantes especulaciones sobre su asimétrico rostro, sin embargo, ella nunca se había pronunciado sobre este tipo de comentarios. A su lado tendría el inagotable apoyo de sus hijos y evidentemente, también de su esposo.